Manfred Albrecht von Richthofen, más conocido como el “Barón Rojo”, fue el piloto que más aeroplanos enemigos derribó durante la Primera Guerra Mundial, siendo quizás uno de los aviadores más conocidos de la historia.
Manfred A. von Richthofen nació el 2 de mayo de 1892 en Breslavia, ciudad que era parte del Imperio alemán. Manfred se alistó de muy joven en el ejército imperial. Se enroló en la caballería alemana, siendo nombrado teniente del primer regimiento.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, Manfred pasó de la caballería a la infantería para acabar finalmente en las fuerzas aéreas, donde encontraría su lugar en el mundo. Curiosamente no logró destacarse en la academia de aviadores, pero luego en combate mostraría todos sus talentos. Ya su primer combate fue una victoria. Ocurrió sobre el cielo francés, el 17 de septiembre de 1916. Según testimonios de sus compañeros, la personalidad de Manfred se transformaba al poner las manos sobre los mandos del avión. Al cabo de veinte meses, Manfred se destacaría como el mejor as de la aviación alemana, llegando a cuarenta aviones derribados, entre ellos el avión del as británico Lanoe Hawker.
El apodo de Barón Rojo proviene de su avión, el cual estaba pintado de rojo para que sus rivales lo identificaran. Esta era una maniobra psicológica, dado que sus enemigos le temían y admiraban por su gran destreza. Durante la Guerra dirigió 58 misiones exitosas, sumando un total de 80 aviones derribados por sí mismo.
Cuando le tocó dirigir la primera ala de caza de la historia aérea, esta escuadra consiguió derribar bajo su mando un total de 644 aviones con solo 54 bajas.
El 6 de julio de 1917, el “Barón Rojo” recibió una bala perdida en el cráneo. Para su fortuna no murió, pero terminó severamente herido. Sin importarle las recomendaciones médicas, Mafred siguió volando aunque sabía que esta lesión lo incapacitaba para soportar grandes alturas. Voló con la cabeza vendada durante largos meses.
El 21 de abril de 1918, el “Barón Rojo” se encontraría con la muerte. De forma inesperada recibe un balazo desde tierra que entró por el lado derecho del pecho y le causó múltiples heridas internas antes de salir. Al cabo de un par de minutos, Manfred murió producto del balazo. Las fuentes oficiales indican que, quien consiguió matar al piloto alemán, fue el capitán canadiense Roy Brown. Sin embargo nuevas versiones indicarían que el que acabó con la vida del “Barón Rojo” fue el soldado de infantería australiano William John "Snowy" Evans.
Manfred von Richthofen fue enterrado con todos los honores militares por los mismos soldados británicos, quienes le rindieron tributo. En su lápida, que se encuentra en el mismo lugar donde fue derribado, se puede leer su epitafio: “Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor. Que descanse en paz”.