Gregor Mendel fue un monje austriaco que descubrió los principios básicos de la herencia, gracias a una serie de experimentos que realizó en el jardín de su monasterio.
Conocido hoy como el "padre de la genética moderna", Mendel logró comprender que la herencia de ciertos rasgos en las plantas de guisantes con las que experimentó, seguían patrones particulares.
Sus observaciones sirvieron de base para la genética moderna y el estudio de la herencia, por lo que es ampliamente reconocido como un pionero en el campo de la genética.
Vida temprana
Gregor Johann Mendel nació el 20 de julio de 1822, en Heinzendorf, Imperio austriaco, en el seno de una familia granjera compuesta por Anton y Rosine Mendel.
Pasó su infancia en el campo hasta que, a los 11 años de edad, por recomendación de su maestro de escuela, impresionado por su capacidad para el aprendizaje, fue enviado a la escuela secundaria de Troppau.
Aunque el traslado a la ciudad representó un esfuerzo económico para la familia y una experiencia difícil para Mendel, resultó ser un alumno sobresaliente y se graduó con honores, en 1840.
Tras graduarse, Mendel se inscribió en un programa de dos años en el Instituto Filosófico de la Universidad de Olmütz, en donde nuevamente se distinguió académicamente, especialmente en física y matemáticas.
Aunque debió superar profundos episodios de depresión, que lo llevaron a abandonar transitoriamente sus estudios, finalmente se graduó en 1843.
Ese mismo año, desoyendo los deseos de su padre, que lo quería de regreso en la granja familiar, Mendel se unió a la orden agustiniana en el monasterio de Santo Tomás en Brno, en donde recibió el nombre de Gregor.
Por entonces, el monasterio funcionaba como un gran centro cultural para la región, lo que permitió a Mendel acceder a la investigación, la enseñanza, una nutrida biblioteca e instalaciones para experimentar.
En 1849, cuando su trabajo en la comunidad de Brno lo agotó hasta el punto de enfermarse, Mendel fue enviado a ocupar un puesto de profesor temporal en Znaim (actual Znojmo), aunque reprobó un examen de certificación de enseñanza.
En 1851, fue enviado a la Universidad de Viena para continuar sus estudios en ciencias. Allí, Mendel estudió matemática y física con el célebre Christian Doppler, y también botánica con Franz Unger, quien llegó a proponer una teoría de la evolución previa a la de Darwin.
Cuando finalizó sus estudios en la Universidad de Viena, en 1853, Mendel regresó al monasterio de Brno en donde se le asignó un puesto como profesor de una escuela secundaria.
Allí trabajó durante diez años, período en el que comenzó a realizar los experimentos por los que hoy es conocido.
Teoría y experimentación
Hacia 1854, Mendel comenzó a investigar la transmisión de rasgos hereditarios en híbridos que realizó con plantas. Por entonces, era asumido que los rasgos hereditarios en las distintas especies obedecían a una mezcla de los rasgos paternos.
También se creía que, a través de las sucesivas generaciones, cualquier híbrido retoma su forma original, lo que descartaba la posibilidad de que un híbrido genere nuevos rasgos hereditarios.
Estas conclusiones se desprendían de estudios generalmente breves, a diferencia de los experimentos de Mendel, que durante ocho años, entre 1856 y 1863, investigó decenas de miles de plantas.
Para sus experimentos, Mendel decidió utilizar plantas de guisantes, dada sus múltiples variedades, muy distintas entre sí, y la rapidez que ofrecen para generar descendencia con relativa facilidad.
Así fue que cruzó variadas plantas de guisantes con características visiblemente opuestas: por ejemplo, plantas bajas con plantas altas, o lisas con arrugadas, o las que dan semillas verdes con las que dan semillas amarillas.
Cuando analizó los resultados, postuló dos de sus más importantes conclusiones: el principio de segregación, por el que ciertos rasgos dominantes y recesivos se transmiten aleatoriamente de padres a hijos; y la ley de la transmisión independiente de los alelos, que establece que los rasgos se transmiten de padres a hijos independientemente de otros rasgos.
Los resultados del estudio de Mendel fueron publicados en la revista de la Sociedad de Ciencias Naturales de Brno, bajo el bajo el título Experimentos sobre hibridación de plantas, un año después de que anunciara sus hallazgo, en 1865.
No obstante los avances de Mendel, su trabajo fue poco promovido y las pocas referencias de la época a su trabajo señalan que fue en gran medida mal entendido. En líneas generales, se interpretó que Mendel decía lo que ya se sabía: que los híbridos eventualmente recobran su forma original.
Así, las consideraciones sobre su trabajo soslayaron en gran medida la importancia de la variabilidad y sus implicaciones evolutivas. Con el tiempo, está claro que el trabajo de Mendel demostró ser de aplicación general y es, de hecho, uno de los principios fundamentales de la biología.
Muerte y legado
En 1868, tras enseñar durante 14 años, Mendel fue nombrado abad de la escuela en la que trabajaba, justo cuando sus deberes administrativos y una visión cada vez más defectuosa lo obligaron a interrumpir su trabajo científico.
A partir de entonces, cada vez viajó menos y se aisló de sus colegas y la comunidad científica en general. Murió el 6 de enero de 1884, a la edad de 61 años, y fue enterrado en el cementerio del monasterio.
Aunque su funeral fue muy concurrido, el trabajo de Mendel era todavía bastante desconocido. Debieron transcurrir algunas décadas para que su investigación influyera en la investigación de biólogos, botánicos y genetistas destacados.
Cuando algunos de los científicos más importantes comenzaron a valorar el trabajo de Mendel sobre la herencia, su importancia se apreció más plenamente y sus estudios comenzaron a denominarse Leyes de Mendel.
Hoy, Gregor Mendel es considerado el "padre de la genética moderna".