Durante casi tres décadas, Cleopatra VII gobernó el antiguo Egipto, primero con su padre, luego con sus dos hermanos menores y finalmente con su hijo.
Formó parte de una dinastía de gobernantes macedonios fundada por Ptolomeo, quien sirvió como general bajo las órdenes de Alejandro Magno durante la conquista de Egipto, en el año 332 a. C.
Inteligente y de excelente educación, Cleopatra hablaba varios idiomas y se desempeñó como gobernante principal durante sus tres corregencias.
Sus relaciones románticas y alianzas militares con los líderes romanos Julio César y Marco Antonio, así como su presunta belleza exótica y un extremo poder de seducción, le valieron un perdurable recuerdo en la historia que con el tiempo forjó un verdadero mito popular.
Vida temprana y ascenso al poder
Dado que no existen relatos contemporáneos de la vida de Cleopatra, es difícil reconstruir su biografía con mucha certeza. Gran parte de lo que se sabe, proviene del trabajo de eruditos grecorromanos, particularmente Plutarco.
Nacida en el año 70 ó 69 a. C., Cleopatra fue hija de Ptolomeo XII, más conocido como Auletes, descendiente de Ptolomeo I Sóter, uno de los generales de Alejandro Magno y fundador de la línea ptolemaica en Egipto. Se cree que su madre fue Cleopatra V Trifena, esposa del rey y posiblemente su media hermana.
En el año 51 a. C., tras la muerte presuntamente natural de Auletes, el trono egipcio fue legado a Cleopatra, de 18 años, y a su hermano Ptolomeo XIII, de 10 años.
Poco después de que los hermanos ascendieran al trono, los consejeros de Ptolomeo conspiraron contra Cleopatra, quien huyó a Siria en el año 49 a. C.
Allí formó un ejército de mercenarios con el que regresó al año siguiente para enfrentarse a las fuerzas de su hermano en una cruenta guerra civil que se desarrolló en Pelusio, sobre la frontera oriental de Egipto.
Mientras tanto, después de permitir que el general romano Pompeyo fuera asesinado, Ptolomeo XIII recibió en Alejandría a Julio César, rival de Pompeyo. Con el fin de ayudar a su causa, Cleopatra buscó el apoyo de César y, según las crónicas, se introdujo clandestinamente en el palacio real para invocar su ayuda.
César y Cleopatra
Julio César necesitaba financiar su propio regreso al poder en Roma y, por lo tanto, que Egipto pagara las deudas contraídas por Auletes. Tras cuatro meses de guerra entre las fuerzas de César y las de Ptolomeo XIII, con la llegada de refuerzos romanos, el regente egipcio se vio obligado a huir de Alejandría y se cree que se ahogó en el río Nilo.
Cuando César ingresó triunfante a Alejandría como un conquistador impopular, restauró el trono a la igualmente impopular Cleopatra y su hermano menor Ptolomeo XIV, que por entonces tenía 13 años.
César permaneció en Egipto con Cleopatra durante un tiempo. Hacia el año 47 a. C., ella dio a luz a un hijo, al que llamó Ptolomeo César y que fue conocido por el pueblo egipcio como Cesarión.
En algún momento entre los años 46 y 45 a. C., Cleopatra viajó con Ptolomeo XIV y Cesarión a Roma para visitar a César, que había regresado antes. Después de que César fuera asesinado en marzo del año 44 a. C., Cleopatra regresó a Egipto.
Ptolomeo XIV fue asesinado poco después, posiblemente por los agentes de Cleopatra, y Cesarión, de tres años, fue nombrado corregente con su madre, como Ptolomeo XV. En este punto, Cleopatra se había identificado fuertemente con la diosa Isis, la hermana-esposa de Osiris y madre de Horus.
Se trató de una identificación muy típica en la tradición egipcia, que solía asociar a la realeza con la divinidad para reforzar la posición de reyes y reinas. De hecho, Cleopatra III también había afirmado estar asociada con Isis, y Cleopatra VII fue referida como la "Nueva Isis".
Cleopatra y Marco Antonio
Con su hijo pequeño como corregente, el control del poder de Cleopatra en Egipto fue seguro que nunca. Incluso así, las inundaciones del Nilo generaron cosechas fallidas, lo que provocó inflación y hambre.
Mientras tanto, en Roma se desató un conflicto entre el segundo triunvirato de los aliados de César (Marco Antonio, Octavio y Lépido) y sus asesinos, Bruto y Cayo.
Cuando ambas partes pidieron el apoyo de Egipto, Cleopatra envió cuatro legiones romanas estacionadas en Egipto por César para apoyar el triunvirato. Así fue que en el año 42 a. C., después de derrotar a las fuerzas de Bruto y Cayo en la batalla de Filipos, Marco Antonio y Octavio dividieron el poder en Roma.
Marco Antonio pronto convocó a Cleopatra a la ciudad de Tarso, en el sur de la Turquía moderna, para explicar el papel que había desempeñado en las complicadas secuelas del asesinato de César.
Según la historia registrada por Plutarco, Cleopatra navegó hacia Tarso en un barco suntuoso, vestida con las túnicas de Isis. Marco Antonio, que resultó seducido por los encantos de la reina, aceptó proteger a Egipto y la corona de Cleopatra dando sustento a la eliminación de su hermana menor y rival Arsínoe, por entonces en el exilio.
Cleopatra regresó a Egipto, seguida poco después por Marco Antonio, quien dejó a su tercera esposa, Fulvia, y a sus hijos en Roma. Permaneció en Alejandría durante algunos meses entre los años 41 y 40 a. C.
En el año 40 a. C., después del regreso de Marco Antonio a Roma, Cleopatra dio a luz a los gemelos Alejandro Helios y Cleopatra Selene.
Cleopatra y la lucha por el poder
Tras la enfermedad y muerte de su esposa Fulvia, Marco Antonio se vio obligado a demostrar su lealtad a Octavio, lo que logró al casarse diplomáticamente con su media hermana, Octavia.
Egipto se hizo más próspero bajo el gobierno de Cleopatra y, en el año 37 a. C., Marco Antonio se reunió nuevamente con ella con el objetivo de reunir fondos para su prolongada campaña militar contra el Imperio Parto.
A cambio, acordó devolver gran parte del imperio oriental de Egipto, incluidos Chipre, Creta, Cirenaica, Jericó y gran parte de Siria y Líbano. Volvieron a ser amantes y, en el año 36 a. C., Cleopatra dio a luz a otro hijo: Ptolomeo Filadelfo.
Después de una humillante derrota en Partia, Marco Antonio rechazó públicamente los esfuerzos de su esposa Octavia por reunirse con él y, en cambio, regresó a Egipto con Cleopatra.
En el año 34 a. C., mediante una celebración pública conocida como las "Donaciones de Alejandría", Marco Antonio declaró a Cesarión hijo de César y legítimo heredero, en detrimento de Octavio, otorgándole tierras a cada uno de sus hijos con Cleopatra.
Esto inició una guerra propagandística entre él y Octavio, quien afirmó que Marco Antonio estaba completamente bajo el control de Cleopatra y que abandonaría Roma para fundar una nueva capital en Egipto.
A finales del año 32 a. C., el Senado romano despojó a Marco Antonio de todos sus títulos y Octavio declaró la guerra a Cleopatra.
Derrota y muerte de Cleopatra
El 2 de septiembre del año 31 a. C., las fuerzas de Octavio derrotaron rotundamente a las de Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Accio: los barcos de Cleopatra huyeron a Egipto, secundados por Marco Antonio, que logró escapar.
Con Alejandría bajo el ataque de las fuerzas de Octavio, Marco Antonio escuchó el rumor de que Cleopatra se había suicidado y decidió quitarse la vida arrojándose sobre su propia espada. Aún vivo, fue llevado hasta los brazos de su amante, en donde murió.
El 12 de agosto del año 30 a.C., después de enterrar a Marco Antonio y reunirse con el victorioso Octavio, Cleopatra se encerró en su habitación con dos de sus sirvientas.
Aunque el medio con el que alcanzó la muerte es incierto, Plutarco y otros escritores abonaron la teoría de que Cleopatra usó una serpiente venenosa, conocida como áspid, para suicidarse a los 39 años.
Según su deseo, fue enterrada junto a Marco Antonio.