Al estallar la Segunda Guerra Mundial en 1939, Yugoslavia, Turquía y varias regiones de Medio Oriente cerraron su manufactura de drogas. La ruta del tráfico de drogas hacia Estados Unidos se cortó. El crimen organizado debería re establecer su red de tráfico en México.
Fue el temerario Bugsy Siegel quien decidió cruzar la frontera para montar un centro de operaciones en Tijuana, asegurando que el futuro del narcotráfico residiría en Latinoamérica.
Bugsy Siegel nació en 1906 en Brooklyn. Provenía de una familia judía de Ucrania. En Nueva York Siegel formó parte de las pandillas de adolescentes que cobraban un dólar a los comercios a cambio de no quemarles la mercancía. En esas actividades conoció a Meyer Lansky. Lansky creía que los hombres que controlaban el juego deberían pasar desapercibidos. Bugsy con los años rompería ese código. Fue de la mano de Lansky que conoció a Lucky Luciano quien en seguida lo reclutó en su banda por su audacia y sangre fría. En 1920 Siegel asesinó a Masseria, marcando el triunfo de la familia de Luciano y una nueva era del crimen organizado.
A comienzos de los años 40, en una suite de un hotel de Cleveland, Bugsy propuso a la mafia importar la droga desde México. La costa del noroeste mexicano era un hervidero del cultivo de la amapola y sus derivados. Miles de chinos que habían llegado a esa zona a fines del siglo XIX para la construcción de la red ferroviaria habían diseminado por todo Sinaloa y Sonora el cultivo de esa planta. Gobernantes corruptos, agricultores adinerados, alcaldes, jefes de policía y mafiosos locales incipientes se habían hecho del control de la producción y tráfico de adormideras hacia el norte. La mafia aceptó la propuesta.
Desde marzo de 1942, Siegel realizó continuos viajes a México para armar la red de narcotráfico. Su principal contacto en el país se hacía llamar Max Cossman, conocido por el Rey del Opio. Confrontándose con otras bandas rivales, como la de Diarte y Orben, pronto la banda de Siegel se transformó en una institución financiera que destinó créditos a los sembradores de amapola para ampliar la producción. Pero el despilfarro de Siegel llamó la atención de un periodista norteamericano que le informó al FBI de la presencia de Siegel en México.
En el momento cúlmine de su poder, Siegel comenzó a ver su emporio amenazado. El gobernador Loaiza decidió comenzar a combatir la amapola. Luego de que la policía local quemara sembradíos controlados por Siegel, la venganza era inminente. Fue el famoso pistolero El Gitano que trabajaba para Siegel, quien acribilló al gobernador en una fiesta mientras bailaba y sostenía con su otro brazo a la Reina de la Belleza.
El asesinato del gobernador, la quema de sembradíos, el acecho del FBI generaron descontrol y convulsión en la frontera. A su vez, Luciano desde Estados Unidos, le destinó a Siegel la tarea de construir el primer hotel de juego en Las Vegas. Pero el fracaso en sus negocios, el hostigamiento del FBI y un rumor de desvío de dinero sentenciaron su destino.
Fue en el concilio de la mafia en Cuba, en 1946, cuando Luciano dio la orden de asesinar a Siegel. Quien quedaría a cargo de conservar y hacer crecer la red del crimen organizado en México sería su amante, la hermosa Virginia Hill.