Tras el fallido intento revolucionario del 10 de agosto de 1809, Ecuador se mantuvo bajo el dominio español. El 9 de octubre de 1820, los grupos independentistas de Guayaquil se rebelan nuevamente contra el poder colonial bajo el liderazgo de José de Antepara, José Joaquín Olmedo, José de Villamil y León de Febres Cordero. En los días siguientes la mayor parte de las ciudades se une al movimiento independentista, quedando aun Quito y Cuenca en manos españolas. Los patriotas son derrotados en las batallas de Huachi y Tanizagua, tras las cuales la independencia es puesta en grave riesgo. El ejército de Bolívar acude en auxilio del movimiento emancipador guayaquileño y envía a Antonio José de Sucre con un contingente de tropas que aseguran la libertad ecuatoriana en la batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822