La sanción de la Ley 26.618, conocida como "Ley de Matrimonio Igualitario", permitió la celebración del matrimonio entre personas del mismo sexo la Argentina, convirtiendo a este país en el primer país latinoamericano en reconocer a las poblaciones de la diversidad sexual como sujetos de derechos. La norma fue sancionada con 33 votos a favor y 27 en contra, luego de una sesión histórica del Senado de la Nación, y representó el corolario de una lucha de más de 30 años del movimiento LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales e intersexuales), junto a sectores políticos, sociales, culturales y académicos.