En 1992, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas declaró el 17 de octubre como Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, con el objeto de crear conciencia en la importancia de eliminar la pobreza y la indigencia en todos los países, en particular en aquellos en desarrollo. Asimismo, el 21 de diciembre de 1993, la Asamblea General proclamó 1996 como Año Internacional para la Erradicación de la Pobreza y decidió que las principales actividades relacionadas con dicho año, se llevasen a cabo en los planos, local, nacional e internacional. Además, acordó que las Naciones Unidas brindase asistencia con miras a crear entre los Estados, los encargos de la adopción de políticas, y en la opinión pública internacional una mayor conciencia acerca de la importancia que tiene la erradicación de la pobreza en relación con la consolidación de la paz y el logro de un desarrollo sostenible. La pobreza y el medioambiente van unidos. Cuando la pobreza entra por la ventana, por la puerta se van la conciencia de solidaridad y la preocupación por el futuro y el medio que rodea al mundo: la supervivencia a toda costa se convierte en el principal motor. Si se busca que exista un futuro para la familia humana es necesario que se erradique la pobreza. Esto sólo se consigue en sociedades donde la solidaridad y el ser humano sea el centro. Está en manos de los hombres del mundo reivindicar y luchar por un mundo en el que la solidaridad y el reparto de las riquezas sea la ley y la norma.