Un día como hoy, del año 1889, nacía Adolf Hitler, político y militar alemán de origen austrohúngaro que ejerció como canciller imperial y líder dictatorial de Alemania, artífice del régimen totalitario nazista y máximo responsable del Holocausto.
Desde su afiliación, en 1919, Hitler tardó apenas dos años en erigirse como líder del Partido Obrero Alemán, movimiento político que más tarde derivó en el Partido Nazi y con el cual perpetró un fallido intento de golpe de Estado, en 1923.
A partir de entonces, se erigió como figura nacional y héroe del nacionalismo de derecha, reuniendo apoyo popular en torno a una ideología pangermanista, antisemita y anticomunista, basada en un poderoso sistema de propaganda.
En 1934, un año después de ser nombrado canciller imperial, Hitler unificó los poderes estatales, estableció al Partido Nazi como único brazo político de Alemania y se autoproclamó comandante supremo del Estado germano.
Después de retirar a Alemania de la Liga de las Naciones, rearmar a las fuerzas militares y ocupar la orilla izquierda del Rin, entabló alianzas estratégicas de cara a la Segunda Guerra Mundial, que comenzó el 1 de septiembre de 1939, con la invasión alemana de Polonia.
La ocupación de la mayor parte de Europa y Norte de África, que las fuerzas nazis lograron hacia 1941, comenzó a declinar a partir de la derrota en la batalla de Stalingrado, hasta que finalmente Alemania fue derrotada por las fuerzas aliadas, en 1945.
Al final de la Segunda Guerra, el virulento antisemitismo de Hitler había perpetrado el exterminio de unos 6 millones de judíos, junto con otras víctimas del Holocausto, lo que en total arrojó un total de 17 millones de muertos.