El general Belgrano marcha con sus tropas hacia el norte argentino luego de derrotar a los realistas en la Batalla de Tucumán. Intercepta a los españoles al mando de Pío Tristán en las afueras de la ciudad de Salta y utiliza sus reservas en un momento crucial de los combates, provocando el desbande de las tropas enemigas. Belgrano comanda aproximadamente a 3.700 hombres de infantería y caballería frente a los 3.500 soldados realistas. La victoria patriota es decisiva para despejar la amenaza de las fuerzas realistas enviadas desde el Alto Perú y liberar la presión sobre el flanco norte de la revolución.