Josip Broz, mejor conocido por su título militar Mariscal "Tito", fue presidente de Yugoslavia desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte el 4 de mayo de 1980. Cuando Tito falleció, Yugoslavia, que había tenido una presencia positiva en las relaciones internacionales, se sumió en una aguda crisis al reavivar las tensiones nacionalistas entre los pueblos que la componían. Esta crisis acabó en una cruenta guerra que llevó de nuevo el conflicto bélico a Europa en la década de 1990. Tras la invasión alemana a Yugoslavia en abril de 1941 y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (URSS) en junio de ese mismo año, Broz organizó un poderoso movimiento guerrillero que luchó contra los ocupantes germano-italianos. Aunque las tropas soviéticas entraron durante un corto tiempo en el país en su avance hacia Alemania, las guerrillas comunistas de Tito fueron las principales responsables de la derrota del Eje en su país.