Un día como hoy en el año 1926, el mago, ilusionista y especialista en trucos norteamericano nacido en Hungría, Harry Houdini, realizó su más grande proeza: permaneció 91 minutos bajo el agua en un tanque sellado antes de escapar. Nacido con el nombre de Ehrich Weisz en Budapest, Hungría, en marzo de 1874, Houdini se mudó a Wisconsin, EE.UU. de muy joven, donde comenzó a realizar actos en trapecio. Años después, se mudó a Nueva York, adoptó el nombre artístico de Harry Houdini y comenzó una carrera cautivando al público con sus audaces escapes y peligrosos trucos. Tan artificioso como pudo haber parecido el truco, Houdini consideraba que servía como un propósito práctico, como un ejemplo para los mineros que se encontraban atrapados en pozos con escaso oxígeno. Con el truco, Houdini comprendió que es importante no abrumarse con el miedo cuando uno enfrenta la falta de oxígeno. "Lo importante es creer que te encuentras a salvo, no respirar profundamente y no realizar ningún movimiento innecesario", dijo luego de su propio truco. Envió este consejo en una carta al Dr. W.J. McConnell, un psicólogo de la Oficina de Minas de los EE.UU., quien estaba analizando datos sobre la maximización de la resistencia de los mineros con suministros de oxígeno limitados. La prueba del entierro bajo el agua fue el último gran truco de Houdini. Falleció unos meses después, el 31 de octubre de 1926, luego de haberse roto su apéndice.