Por encargo de la corona lusitana, el cartógrafo portugués Pedro de Texeira organiza una expedición para identificar la naciente del río Amazonas. Parte el 25 de julio de 1637 con una flota de canoas en las que se acomodan setenta soldados y 1.200 indígenas y esclavos. Además de levantar mapas de las regiones que recorre, Texeira toma notas sobre los nativos y sus costumbres, el clima y la flora y fauna que halla a su paso. Tras ocho meses de marcha, llega a la ciudad de Quito en donde es apresado por las autoridades españolas, que desconfían de la naturaleza de su expedición. Finalmente se le permite regresar navegando por el Amazonas, pero se le impone la compañía de dos sacerdotes jesuitas para que vigilen e informen sobre sus actividades. En los años siguientes seguirá con su tarea de exploración amazónica.