Un día como hoy, del año 1945, cuando el derrumbamiento del Tercer Reich delineaba el fin de la Segunda Guerra Mundial, Adolf Hitler y Eva Braun contraían matrimonio en el Führerbunker, bajo la Cancillería de Berlín, casi 40 horas antes de que ambos se suicidaran.
Eva Anna Paula Braun, conocida por ser la amante y única esposa legal de Adolfo Hitler, fue la Primera Dama durante las últimas horas del Tercer Reich. Su relación con el Führer había comenzado en 1930, antes de la muerte de Geli Raubal, sobrina de Hitler.
Era una mujer atlética, de una atractiva belleza, risueña y alegre, muy dada a participar de las fiestas sociales, aunque odiaba las reuniones políticas nazis, precisamente por no poseer la condición de esposa del Führer. Hitler habría confidenciado a sus allegados más íntimos que Eva Braun no era muy inteligente y que eso era conveniente para él.
El 29 de abril de 1945, ante la cercanía de las tropas del Ejército Rojo, Adolf Hitler y Eva Braun contrajeron nupcias. Al día siguiente, a las 3:30 de la tarde, después de que Hitler decidiera qué hacer con el inexorable destino, ambos se dispusieron a consumar los planes finales para una muerte digna.
Tras dejar estrictas órdenes sobre qué hacer con sus cadáveres, Hitler masticó una ampolla de cianuro y se pegó un tiro en cabeza. Eva, que también consumió una cápsula de cianuro, no llegó a dispararse, puesto que cayó muerta al suelo antes de poder realizar la maniobra del disparo.
Los restos de ambos fueron incinerados, sólo parcialmente, con el Ejército Rojo a escasos 500 metros del búnker. Dos días más tarde, el Gran Almirante Karl Doenitz anunció por radio la noticia: «Hitler ha muerto, luchando en Berlín».