En realidad… ¿qué hora es?
¿Cuál es el verdadero horario en que vivimos? ¿El que marca el reloj, el que indica nuestro cuerpo? ¿Cuánto ayuda socialmente la decisión de mantener un horario, respecto de las horas de luz o de las costumbres culturales de cada sociedad? Intrigado por estas preguntas, el matemático italiano Stefano Maggiolo se dedicó a estudiar mediante un sistema informático en qué horario real vive cada país. La conclusión fue asombrosa: casi toda la población mundial vive en un horario equivocado. Comenzó intrigado por el caso de España, en donde se come, tanto de día como de noche, bastante más tarde que en el resto de los países, y terminó elaborando un completo mapa mundial del destiempo, o desfase entre horario de reloj y horario solar.
Al poco tiempo de haberlo subido en su blog, el mapa se convirtió en un fenómeno de visitas notable. Aparte del mapa general, hay casos particulares: el citado caso de España, por ejemplo, que se encuentra retrasado en el horario desde que Franco decidió adoptar la hora de la Alemania nazi, en 1942, por lo que ahora Barcelona tiene una retraso de 50 minutos respecto del Sol, y Galicia de una hora y media. Y en muchos casos algunas regiones de países se ven perjudicadas, alejadas del horario real, por su distancia geográfica respecto de la capital del país, que suele centralizar el huso horario, como sucede en Argentina, donde todas las provincias se acoplan al huso de Buenos Aires, o el más exagerado de Xinjiang, la provincia más occidental de China que tienen una diferencia, respecto de la hora solar de cuatro horas.