La controversial Fíbula Prenestina: la inscripción latina más antigua jamás descubierta
Corría el año 1887, cuando el arqueólogo Wolfgang Helbig presentó a los ojos del Instituto Alemán, en Roma, una fíbula de oro de unos diez centímetros de longitud, utilizada en su tiempo para sujetar togas y otras vestimentas similares.
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Según Helbig, había sido descubierta en 1871, en la antigua ciudad latina de Palestrina, durante una serie de excavaciones que dieron con el hallazgo de otros objetos datados en el siglo VI a. C.
El arqueólogo no lo dijo en ese momento, pero con el correr del tiempo se supo que la pieza no había sido hallada por él, sino que había sido comprada a Francesco Martinetti, un traficante de antigüedades y reconocido falsificador.
Esta información puso en tela de juicio el hallazgo de Helbig, que entonces fue sospechado de fraude, no por la fíbula (ya se habían hallado muchas otras, anteriormente), sino por la inscripción en latín que llevaba tallada, la más antigua hasta el día de hoy.
La inscripción dataría del siglo VII a. C. y menciona: Manios med fhefhaked Numaiosi, es decir, en castellano, Manio me hizo para Numerio. La buena reputación de Helbig permitió superar el manto de sospechas y la fíbula fue contemplada como una pieza auténtica.
Sin embargo, en 1980, un libro puso en duda nuevamente la autenticidad, no de la fíbula, sino de la inscripción. Puntualmente, se culpó a Francesco Martinetti de haber falsificado la inscripción tallada en latín.
Finalmente, en 2011, la inscripción fue analizada con la última tecnología disponible y halló que tanto la fíbula como la inscripción son auténticas. Además, demostró que era mucho más antigua de lo que se creía.
Así, la Fíbula Prenestina representa hoy la inscripción en latín más antigua de la que se tenga conocimiento.
Fuente: labrujulaverde.com