Estatuas gigantes: un increíble hallazgo bajo las aguas del Mediterráneo
A principios de los años 70, la pequeña localidad calabresa Riace Marina, saltó inesperadamente a las tapas de los diarios europeos e hizo que muchos comenzaran a rastrear en los mapas el pequeñísimo punto que indica su ubicación, a orillas del Mar Jónico. Un hallazgo increíble había salido de las entrañas azules del Mediterráneo, trayendo consigo parte de la Magna Grecia.
Según la notificación oficial, fechada el 17 de agosto de 1972, un buzo estaba a unos 300 metros de la costa y a unos diez metros de profundidad, cuando vio un grupo de estatuas, presumiblemente de bronce. Las esculturas de color marrón oscuro -salvo algunas partes más claras-, se conservan perfectamente, con la silueta limpia, sin incrustaciones evidentes.
En un comienzo, los identificaron con San Cosme y San Damián, dos hermanos médicos, que según la tradición habían escapado varias veces a la muerte antes de su martirio final bajo el imperio de Diocleciano. Sin embargo, las estatuas son en realidad muy anteriores: dos auténticas obras griegas del siglo V a.C., realizadas con una maestría digna de la edad de oro de la Grecia clásica.
La mayoría de las esculturas de bronce de la Antigüedad no han llegado hasta la actualidad, sino a través de copias romanas de mármol, en gran parte porque las obras originales muchas veces terminaban fundidas para reutilizar el metal. Por lo tanto, es raro apreciarlas tal como eran, sin el filtro de las reinterpretaciones posteriores: uno de los valores excepcionales de los Bronces de Riace.
Algunos historiadores sostienen que podría haber sido la representación de Cástor y Pólux, hijos de Zeus y Leda; para otros los héroes de la Ilíada Áyax el Grande y Áyax el Menor; o tal vez atletas vencedores en los Juegos Olímpicos. La respuesta es una incógnita que probablemente contribuye a la fascinación que despiertan las esculturas.
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Fuente: lanacion.com.ar
Imágenes: Lanacion.com.ar