“Quiero y puedo ser Director General de Cemex”
Esas fueron las palabras que el joven le dijo a su tío. Su abuelo muchos años antes daba inicio a la que transformaría en una de las cementeras más importantes del país, pero una muerte prematuramente alejaría a la familia Zambrano del control del destino de la empresa.
El joven Lorenzo se prepara incansablemente, sabe que tarde o temprano el apellido Zambrano volverá a sonar fuerte en el interior de Cemex. Vuelve a Monterrey persiguiendo su meta e ingresa a trabajar en la empresa en un puesto raso sin ningún tipo de privilegios, allílo esperan los celos y la ambición de poder del Director General en ese momento, Rodolfo Barrera que ve a ese joven brillante como una amenaza y lo envía a una fábrica lejana y en ruinas. Pero Lorenzo Zambrano está decidido. Con gran tesón y un minucioso conocimiento de los procesos industriales logra transformarla constituyéndola en un modelo para la compañía. Ya no hay forma de evitarlo, Lorenzo Zambrano es quien debe comandar a Cemex de ahora en más.
Cuando parecía impensado, Lorenzo Zambrano posó sus ojos sobre el puesto de Director General de Cemex y con dedicación y preparación logró conquistarlo. Del mismo modo, Lorenzo Zambrano posó sus ojos en el mundo, el destino no podía ser otro que el triunfo para alguien como él.