Líder del gobierno japonés durante la segunda guerra mundial, el general Hideki Tojo fue conocido por su eficiencia burocrática y por su rigor detallista. Con sus ojos redondos, bigotes y cabello cortado al ras, se convirtió en una de las figuras más caricaturizadas de la dictadura militar de Japón durante la Guerra del Pacífico. A pesar de su sagacidad para lidiar con las disputas internas y de sus habilidades como Ministro de Ejército, sorprendentemente fue algo irresoluto como líder nacional. Tojo fue el Primer Ministro de Japón desde octubre de 1941 hasta julio de 1944.
Nació en el distrito de Kojimachi, en Tokio el 30 de diciembre de 1884. Siguió los pasos de su padre y entró a la escuela de Cadetes del Ejército en 1899, después pasó a la Academia Militar Japonesa en 1904. A lo largo de su ascendente carrera militar, trabajó primero como agregado militar en Suiza (1919) y en Alemania (1921). En agosto de 1928, fue promovido al puesto de Coronel. Luego, en agosto de 1929 pasó a ser el Comandante del primer regimiento de Infantería, allí fue cuando comenzó a participar de la política militar. En marzo de 1933, fue promovido al puesto de General de División y trabajó también como Jefe del departamento de personal. En agosto de 1934, asumió el comando de la Brigada de Infantería número 24.
Tojo construyó una sólida base de alianzas personales y usó su posición de jefe de la policía militar en Manchúria para aumentar su influencia y convertirse en comandante del Ejército Kwantung en 1937. Desempeñó un papel fundamental para iniciar los ataques contra China en julio de ese año y hacia finales del mismo Tojo tuvo su única experiencia de combate, cuando condujo sus brigadas al interior de Mongolia.
Al notar que la ocupación militar de China era necesaria para lograr la colaboración del gobierno de ese país, continuó defendiendo la expansión aun cuando regresó a Tokio en 1938. En julio de 1940 fue promovido a Ministro del Ejército. Tojo incentivó la alianza japonesa con Alemania e Italia y apoyó la formación de un amplio frente de política de unidad nacional. En octubre de 1941 asumió el puesto de Primer Ministro japonés.
Aunque Tojo apoyaba los esfuerzos diplomáticos hasta última hora, finalmente aprobó los ataques contra Estados Unidos, Gran Bretaña y Holanda en diciembre de 1941. El día 7 de diciembre Japón realizó el famoso ataque a la base norteamericana Pearl Harbor en Hawaii. Las victorias iniciales de Japón durante este período fortalecieron su prestigio personal y su afirmación de que era necesario “tener fe en la victoria”.
Cuando la guerra se intensificó, las pérdidas de Japón aumentaron considerablemente y la frágil industria japonesa estuvo a punto de colapsar. Entonces, Tojo intentó tomar todas las palancas administrativas en sus manos. Fue tanto Primer Ministro como Ministro del Ejército. Incluso estuvo involucrado en asuntos internos, tomando decisiones acerca de educación, armamento, comercio, industria y relaciones exteriores. En febrero de 1944, él asumió el comando directo de operaciones como jefe del Estado Mayor del Ejército. No obstante, nunca fue capaz de establecer un comando único. A diferencia de Stalin o Hittler, sirvió constitucionalmente a las órdenes del emperador, sin el apoyo de las masas y sin control sobre los conglomerados industriales y la marina.
Después de enfrentarse contra las fuerzas norteamericanas en la isla de España en julio de 1944 se vio forzado a dejar el poder, a pesar de que algunos defendían que permaneciera en el cargo hasta el final para que pudiera aceptar la responsabilidad por la derrota de la guerra.
Después de la rendición de Japón del año siguiente, el general norteamericano Douglas Macarthur emitió órdenes para apresar a los militares japoneses acusados de crímenes de guerra, entre ellos Tojo, que estaba en su casa de Satagaya. Cuando fueron a apresarlo intentó suicidarse, disparándose en el pecho, pero falló. El militar japonés fue llevado al hospital y luego encerrado en la prisión de Sugamo. Fue juzgado por un Tribunal internacional de extremo Oriente y condenado a muerte el día 12 de noviembre de 1948. En su juramento, aceptó la responsabilidad personal por la guerra:
“Es natural que yo deba responder por la responsabilidad de toda la guerra en general y, es necesario decir, que estoy listo para hacerlo. En consecuencia, ahora que la guerra está perdida, es presumiblemente necesario que yo sea juzgado de forma que las circunstancias del momento puedan esclarecerse y el futuro de la paz del mundo esté asegurado.”
Tojo fue ejecutado el 23 de diciembre de 1948 en Tokio. Treinta años después en 1978 y, a pesar de la protesta de muchos ciudadanos, el nombre de Tojo (junto a los nombres de otros trece criminales de la guerra “Clase A”) fue homenajeado en Yasukuni, un santuario en Tokio dedicado a la memoria de los soldados caídos durante el servicio prestado a la familia imperial.